Fontán antes del muro

Fontán, Sada, 1925

En esta época, cuando el barrio de Fontán estaba expuesto a los embates del mar y al borde del precipicio, se solicitaba de las autoridades competentes la edificación de un muro de contención que protegiera las vidas y las propiedades de sus habitantes. Este muro sirvió para trabajar bastantes elecciones, prometiéndose su construcción en los momentos más arduos de las campañas y demorándose año tras año hasta que, al fin, se construyó.

Año tras año los temporales iban minando el acantilado con el consiguiente peligro para la población. Como puede observarse en la foto, el temporal del año 1925 ocasionó diversos desprendimientos que están señalados con unas flechas. Las aspas señalan las zonas más dañadas, que corrían el riesgo de desprenderse.

En el número 8 de la revista Mariñana, de fecha 15 de abril de 1925 se publicaba:

“Continúan las gestiones del vecindario de Fontán, para conseguir que se subasten, cuanto antes, las obras del muro de contención contra el mar, que tiene concedido este puerto”.

El asunto del muro ocasionó muchos “dimes y diretes” llegando, incluso, a componerse unas coplas al respecto, que se cantaban en Carnavales.

A continuación se transcribe alguna de esta coplas:

En aquel tiempo cuando María Pita
mató a Drake, como recordarán,
ya en aquel tiempo en Sada se decía
que pronto harían el muro de Fontán.

Pero el muro nunca lo empiezan,
esperando a que un huracán
al hermoso pueblo fontanense,
lo lleve un día para San Sebastián.

Cuando Pibela, que es nuestro presidente,
hombre elocuente, lo vió el año pasado,
nos dijo a todos tendrán ustedes muro,
si es que lo hacen de xebra o bacalao.

Basta de bromas, camelos y promesas
y defendamos el muro con tesón,
que, por lo visto, lo tienen estancado,
en los archivos de la Diputación.

Lo que sí que quieren a hacer pronto
dicen que es el Puente del Pedrido.
Ya lo sabes Fontán de mi alma
con este puente el pelo te ha caido.

Ya saben todos que el Puente del Pedrido
va a ser un puente la mar de colosal,
pues atraviesa la parte de Betanzos
y va por Lugo, Vigo y El Escorial.

Luego arranca para Barcelona,
Santa Comba, París y Berlín.
Para luego terminar, señores,
En Camelandia arrabal de Pequín.

En 1935 se autorizó la subasta de la obra y fue adjudicada al contratista D. Jesús Montero.